El agua y la salud

El agua es el componente más abundante del organismo humano, esencial para la vida: se pueden pasar varias semanas sin comer, pero tan sólo unos pocos días sin beber. El agua es un nutriente acalórico (no aporta calorías) necesario para que el organismo se mantenga correctamente estructurado y en perfecto funcionamiento. La pérdida de tan sólo un 10% del agua corporal supone un grave riesgo para la salud.

Hemos de tener presente que la mayor parte de nuestro organismo (cerca del 60%) es agua.  Por ello, el agua es la mejor bebida para mantenerse bien hidratado.
En general se establece como una recomendación adecuada en el adulto sano unos 2,2 y 3 litros al día.  Otros fuentes de  líquidos como las infusiones, caldos, zumos, refrescos, etc., o ciertas frutas y verduras, (melón, sandía, naranja, gazpacho...) ayudan a cubrir nuestras  necesidades diarias.

7 consideraciones a tener en cuenta sobre una buena hidratación

  1. El agua está implicada de forma directa en diferentes funciones como la refrigeración, el aporte de nutrientes a las estructuras musculares, eliminación de sustancias de desecho,  lubricación de articulaciones y en la  regulación de los electrolitos en la sangre.
  2. En determinadas circunstancias este aporte puede verse incrementado, como por ejemplo, en  ambientes calurosos, con el ejercicio físico, cuando padecemos procesos febriles al igual que cuando sufrimos de diarreas o vómitos.
  3. De la misma manera, las comidas copiosas, o la realización de algún tipo de dieta requieren un aporte extra de líquido.
  4. Otro aspecto muy importante a tener en cuenta es la vulnerabilidad de parte de la población. Grupos de  riesgo  que padecen especialmente una ingesta deficiente de líquidos son los niños y los ancianos.
  5. Hemos de tener en cuenta que diariamente  perdemos entre dos y tres litros de líquido, a través de la orina, del sudor, de la respiración y de la transpiración de la piel. Precisamente, es esa la cantidad que hemos de reponer para mantener un equilibrio hidroelectrolítico adecuado (la cantidad de agua aportada debe ser similar a la eliminada). Nuestro organismo dispone de  un mecanismo eficaz de alerta ante una disminución del agua contenida en los tejidos, la sed.
  6. En gran medida, los requerimientos hídricos dependerán fundamentalmente  de la alimentación que se lleve a cabo así como de la actividad física que realicemos. Debemos tener en cuenta, que cuando realizamos ejercicio físico perdemos una importante cantidad de agua. Dicha pérdida depende de la intensidad del ejercicio que realizamos, por lo tanto, es prioritario a la hora de realizar cualquier ejercicio el hidratarse antes, durante y  después  del mismo  para mantener nuestro equilibrio hídrico.
  7. Finalmente cabe  resaltar que estar bien hidratado es esencial para la salud, se realice o no actividad física y en cualquier época del año. Una alimentación sana y un aporte de líquidos adecuado, junto al ejercicio físico son los pilares fundamentales de un estilo de vida saludable.

FUENTES: 
ALIMENTACIÓN, NUTRICIÓN, E HIDRATACIÓN EN EL DEPORTE .Dra. Nieves Palacios Gil-Antuñano, Dr. Zigor Montalvo Zenarruzabeitia,Dña. Ana María Ribas Camacho, Servicio de Medicina, Endocrinología y Nutrición. Centro de Medicina del Deporte. Consejo Superior de Deportes.
Importancia del agua en la hidratación de la población española:documento FESNAD 2010. Nutr Hosp. 2011;26(1):27-36ISSN 0212-1611 • CODEN NUHOEQS.V.R. 318
Recomendaciones nutricionales. SMS.comunidad de Madrid.